El sacerdote o tiene vocación de misericordia o realmente no es sacerdote. La campaña de este año nos invita a pedir por futuros hombres que generosos, llamados por Dios a seguir la misma misión que entonces: dar a conocer un Dios misericordioso, lleno de amor y rico en piedad, que se humilla ante el necsitado, que ensalza al pobre.