Los magos regresan «por otro camino», es decir, regresan con otra vida porque han visto a Dios con sus propios ojos. Para encontrar a Dios es preciso dejarse guiar por unas señales y seguir en la vida una nueva senda. Durante el viaje hay que saber indagar, consultar, dialogar y decidir. Quien busca halla, y quien desea creer acaba creyendo.